Simone de Beauvoir: El segundo sexo.
El alumnado de 1º de Bachillerato, durante el mes de marzo, ha podido leer fragmentos de textos de grandes pensadoras, como Hiparquía, Hipatia, Hildegarda, Edith Stein, María Zambrano, Adela Cortina, Marina Garcés, Hannah Arendt…
También de la gran Simone de Beauvoir, que escribió una obra considerada la Biblia del feminismo, El segundo sexo. En este libro se plantea la siguiente cuestión: ¿qué educación recibe una mujer en nuestra sociedad? Y reflexiona sobre los estereotipos de género, es decir, los modelos que funcionan en la formación emocional e intelectual tanto de hombres como mujeres.
La mujer ha sido relegada tradicionalmente al ámbito doméstico, se la educa como dependiente respecto al varón y sin ningún protagonismo o representación en el ámbito público y político. A la mujer se le inculca que ha de ser dulce, cariñosa, madre, princesa para ser rescatada y colmada de riquezas por un hombre, que es el que trabaja, el héroe, el independiente, el que vive aventuras…
De ahí su célebre frase, “no se nace mujer, se llega a serlo”. Esto significa que los géneros masculino y femenino son una construcción artificial sobre el sexo biológico. Si naces niña, se te educa de una forma diferente a si naces niño, llegando por tanto a desarrollar gustos y tendencias totalmente mediatizados por el patriarcado, es decir, por la concepción social según la cual la autoridad y el centro de la vida pública y política es el hombre. Precisamente eso es lo que significa ANDROCENTRISMO, concepto que Simone de Beauvoir desarrolló. Según esta pensadora, el hombre es la medida de todas las cosas: la inteligencia, la fuerza, la suspicacia, la vitalidad… Para ilustrar esta idea, Simone cuenta cómo su padre le solía decir que tenía “la inteligencia de un hombre”.
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