Buenos días a todos.
El próximo martes, día 23
de abril, como todos bien sabéis se celebra el día del libro y del derecho de
Autor. A iniciativa de la UNESCO, en el año 2001 se nombró a Madrid Capital Mundial del Libro. A partir de ese año,
diferentes capitales de países del
mundo han ido acogiendo este honor, realizando durante el año diferentes
actividades culturales relacionadas con él. A partir del 23 de abril de este
año será Bangkok la Capital Mundial del libro.
Sabemos que se celebra un día especial para él, pero… sabemos realmente lo que es un libro?
Según la UNESCO, un libro
es una publicación no periódica impresa, que cuenta al menos con 49 páginas,
editada en el país y ofrecida al público.
En la actualidad, esta definición se nos queda un poco corta.
Así que cabe preguntarse¿ qué es entonces un libro en la actualidad? ¿Un
conjunto de hojas impresas unidas por un costado, encerradas entre tapas duras
o blandas? O tal vez una serie de caracteres electrónicos que forman palabras y
líneas y luego páginas en cualquier pantalla? ¿O un contenido relativamente
autónomo de desarrollar de forma textual una idea o una historia más allá de su
soporte?
Hoy en día con la
aparición de las nuevas tecnologías, hace obligatorio hacerse esta serie de
preguntas.
Pero sea cual sea su definición, hay algo que es indiscutible. El
libro es el soporte que mejor ha contribuido a cumplir las funciones de
comunicación y archivo a lo largo de la historia. Combinado con una tecnología
como la de la imprenta, se ha adaptado a las diferentes situaciones culturales
y ha generado las suyas propias, dando lugar a una cultura que lo tiene como
eje transmisor. Ha sido capaz de salir de situaciones sociales en las que era
un elemento de acceso restringido, sujeto a sistemas de exclusiones y
prohibiciones, cuya circulación podía ser controlada, hasta pasar a convertirse
en un elemento de circulación general.
El libro es objeto de
regalo o trabajo, causa de placer y motivo de estudio, es venerado o quemado en
la hoguera. Depósito material de la palabra, es capaz de contener todo tipo de
información. La variedad del libro es la variedad del pensamiento.
Es
cierto que en el mundo del libro se están produciendo grandes avances, aunque no es
menos cierto que todos deberíamos saber que el paso del libro tradicional al libro
electrónico o ebook no es el primer cambio en la historia de la producción de
textos. Desde las planchas de barro de los sumerios y los babilonios, pasando
por los rollos de papiro usados en la Antigüedad clásica, hasta el códice, el
antecesor directo de nuestro libro en papel, la delimitación de un contenido y
su disposición en un soporte han pasado por cambios de todo tipo.
La aparición del libro
electrónico ha conllevado una verdadera
revolución. Y es normal, no creo que nadie quisiera hoy en día utilizar el
formato de los códices para adentrarse en el mundo de la lectura. La euforia
que se ha producido por el cambio de soporte físico es natural, pero creo que
el cambio de formato conlleva algo mucho más importante. Y es que también está
cambiando con el texto digital la forma en que se lee (por ejemplo, porque ya
no hacemos una necesariamente lectura lineal, sino que también se puede hacer
de libre búsqueda y multidireccional), así como la forma en que se escribe (el
fenómeno de los blogs, la creación conjunta de obras o la micronarrativa). Todo
esto nos está llevando a realizar cambios de hábitos culturales y generar una
nueva forma de procesar el conocimiento.
Y ahora cabe formularse otra pregunta: ¿Cuál es el futuro del
libro ante la llegada de esta nueva tecnología?
La respuesta tampoco es
fácil, más cuando los debates se tiñen de un cierto tono melodramático,
angustioso, como si fuera el fin de algo. Por el contrario, creo que es más
esclarecedor tener en cuenta que cualquier sistema o soporte que contribuya a
una mejora de la circulación social de la información es favorecedor. La
digitalización combinada con las infraestructuras de redes son un nuevo y
poderoso canal de distribución de la información que permitirá compartir más,
entre más.
Esperemos que el libro
electrónico no reemplace el impreso en papel, sino que uno y otro convivan,
porque al fin y al cabo cada soporte posee sus propias características, pero no
son la palabra. Sólo favorecen su difusión. Los nuevos soportes digitales
también acogen la palabra y, por muy técnicos que nos puedan parecer, siempre
hay detrás, en esas palabras, un ser humano queriéndose comunicar o expresar,
haciéndonos llegar su idea y sentimientos, su palabra.
Más variedad de soportes y
formatos conlleva más formas de disfrutar de eso que valoramos tanto: LOS
LIBROS.
Me despido de todos
vosotros hasta la semana que viene con una frase del gran Borges:
“De todos los diversos instrumentos
inventados por el hombre, el más asombrosos es el libro; todos los demás son
extensiones de su cuerpo…..Sólo el libro es una extensión de la imaginación y
la memoria”.
Hasta la próxima
semana!!!!!!
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